martes, 15 de septiembre de 2009

Disculpas+Introducción a la fotografía II+Man Ray. Séptima.

Ha pasado más de un año, lo sé, y cualquier excusa será demasiado barata, así que simplemente, acepten mis disculpas y retomemos esto. Dicen que más vale tarde que nunca, a ver si es verdad.

Intorducción a la fotografía II

Durante el siglo XVIII, se produjo el auge de los retratos, sobretodo de los perfiles y las siluetas. Esta técnica, que consistía en recortar el perfil de una persona en papel negro acharolado data de la época de Luis XIV. Las siluetas se difundieron rápidamente por Alemania y Gran Bretaña y, de aquí, a los Estados Unidos. En 1786, Gilles-Louis Chrétien, inventa el physionotrace, especie de pantógrafo del modelo que luego se retoca con aguatinta. Esta técnica que combinaba la silueta y el grabado y no requería del modelo largas sesiones, no era muy costosa y sustituía a la miniatura en su papel de retrato familiar.

El problema de la imagen captada por la cámara oscura, era que no quedaba fijada a menos que se dibujara. La solución llegó a finales del siglo XVIII, cuando se produjo un avance con el descubrimiento de la sensibilidad a la luz de las sales de plata de ley.

En 1802, Thomas Wedgwood, hizo el papel sensible a la luz impregnándolo con una solución de nitrato de plata, la imagen que pasaba a través del objetivo quedaba como una imagen negativa e invertida. Obtuvo con dicho papel reproducciones de diversas plantas, poniendo estas sobre el papel y exponiéndolas a la luz; sin embargo, no logró fijar permanentemente las imágenes, ya que solamente duraban un cierto tiempo. Pasados unos años se comprobó que la desaparición progresiva de este negativo podía evitarse si se sumergía la fotografía en agua salada. Años más tarde J. F. W. Herschel, halla la solución para la fijación de las imágenes fotográficas.

La fotografía como arte práctico, comenzó en 1831 con la invención de seis experimentadores: Joseph Nicephore, Louis Jacques Daguerre, William Henry Fox Talbot, J.B. Readi, Hippolyte Baryard y sir John Herschel, aunque el reconocimiento de la invención de la fotografía recae, generalmente en dos de esos seis hombres: el ingles William H. Fox Talbot, y el francés J. Nicephore, junto con otro francés llamado Daguerre. Naturalmente, esto generó disputas entre franceses e ingleses.

Casi al mismo tiempo que se descubrió que una solución salada hacía que se mantuviese por mas tiempo la imagen, Nicéphore Niépce había logrado fijar las imágenes de la cámara oscura sobre papel tratado con cloruro de plata, mediante el ácido nítrico. Esta sustancia que permitía poner en positivo las imágenes era el betún de judea, que Nicéphore mandó traer desde París, y que conocía por su práctica del grabado. El betún mezclado con algunos aceites, recubre una superficie en una capa fina. Una vez seca, la solución expuesta a la luz blanquea en vez de ennegrecer y se vuelve insoluble. Pero pronto abandonó esta técnica que requería de numerosas y complicadas manipulaciones.

El negativo más antiguo existente hoy en día es el de una fotografía de la abadía de Wiltshire hecha con una cámara parecida a una caja. La primera fotografía de la historia fue hecha, probablemente, diez años antes, en 1825.

En enero de 1826, Niépce recibe una carta de París de un tal Daguerre, pintor y decorador, inventor del Diorama, variante del panorama creado por el inglés Beker. Se trataba de un escenario giratorio que proponía en una misma sesión tres cuadros sucesivamente, a esto se le añadía un ambiente musical. Para las perspectivas de los decorados de teatro y los nuevos escenarios del Diorama, Daguerre recurría a la cámara oscura y era cliente de los ópticos Chevalier. Tras numerosos contactos, Niépce mandó una heliografía a Daguerre. Más tarde lo visitó y quedó fascinado por el Diorama. En 1829, ambos crearon una sociedad donde se reconocía a Niépce como inventor de "un medio nuevo... para fijar las vistas que brinda la naturaleza sin tener que recurrir a un dibujante."

Daguerre no aportaba más que un presunto perfeccionamiento de la cámara oscura y prometía mejorar la heliografía. Muerto Niépce, Daguerre puede explotar el invento, pero no lo da a conocer hasta 1838. Perfecciona la utilización de yoduro de plata, con el descubrimiento de la acción del vapor de mercurio y luego con la posibilidad de disolver el yoduro residual en una solución caliente a base de sal común. Intenta lanzar el invento, mediante una sociedad de explotación por suscripción pública, pero no lo logra. Más tarde crea una sociedad con François Arango, y el 19 de agosto de 1839, en sesión de la Academia de Ciencias, Arango dio a conocer el daguerrotipo, y Daguerre se consagra como inventor.

El material fotográfico, al principio era muy caro y sólo al alcance de aficionados pudientes o entidades con fondos. Sin embargo, el entusiasmo popular era grande y, al día siguiente de la comunicación de Arango, los bricoleurs se improvisaban cámaras hechas con cajas, pero los logros fueron escasísimos.

Daguerre emprendió la fabricación en serie de su material, asociado con su cuñado, el papelero Giroux. Se vendían las cámaras y todos sus accesorios, pero aun así costaba muy caro (en 1839, costaba unos 400 francos-oro) y era muy pesada, unos cincuenta kilos. En 1841 Chevalier lanzó los objetivos intercambiables, y comenzaron a existir cámaras de sólo cuatro kilos, incluyendo los accesorios.

Poco a poco las cámaras reducen el peso, el volumen y su precio, incluso el tiempo de exposición se acorta. Las mejoras que se fueron produciendo no fueron simplemente ópticas, sino también químicas. Pero el daguerrotipo no era muy perfecto, ya que las imágenes se veían desde un determinado ángulo, era una imagen positiva única.

Lo importante de la fotografía era el retrato. Los clientes debían quedarse unos veinte minutos a plena luz del día para poder ser fotografiados, pero esto no impidió que la gente lo hiciese y a lo largo de 1840 los talleres de retratos se multiplicaron en las grandes ciudades, pronto se convirtieron en locales muy bien acondicionados para tal acto, como la colocación de una pequeña casita de cristal en azoteas y jardines.

Es interesante el hecho de que algunas de las fotografías posteriores fueron hechas en diferentes tonos de color. El color vino, de sangre seca, el ámbar oscuro y el naranja apagado eran algunos de los tintes obtenidos a través del uso de productos químicos elegidos al azar. Estos secretos, sin embargo, cayeron en el olvido durante muchos años. Por lo menos, ahora la gente podía probar que el pasado había existido. Después de todo, la pintura siempre había sido, de alguna manera una ficción, mientras que la fotografía era una imagen idéntica a la realidad, y no idealizada como lo era la pintura, aun en sus momentos de mayor realismo.

Mañana (no tardaré un año, lo prometo) seguimos con más adelantos históricos.



Man Ray